No camines delante de mi, puede que no te siga. No camines detrás de mi, puede que no sea un guía. Solo camina a mi lado y se mi amigo.
Albert Camus
Hace unos días cumplimos algunos años de haber abandonado lo que alguna vez fue el segundo hogar; el colegio. Lugar que nos vio crecer y que guarda, algunos de nuestros más preciados y picaros recuerdos.
Donde siendo aún niñas, tuvimos la capacidad de construir lo indestructible, de crear lazos afectivos que se han fortalecido a través del tiempo y que aún prevalecen, de creer en lo esencial, ….en lo que surge como un sentimiento noble, limpio y hermoso, dando paso a lo que hasta hoy nos une … La Amistad.
La encontramos en medio de tanta variedad de personalidades, donde estaban las aplicadas, las deportistas, las tímidas, las espontáneas, las colaboradoras, las líderes, las divertidas, las inconformes, las alegres, las inquietas, las protectoras, toda una variedad… pero también descubrimos nuestra amiga, la que una vez descubierta,… nunca más volvimos a soltar!.
Entre nuestro hogar y el colegio, transcurrió parte importante de nuestra vida, fue donde entendimos los valores y principios fundamentales de convivencia con los que nos formaron, basados en el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la honestidad, la responsabilidad, la lealtad… todo lo que somos, nuestra esencia, todo aquello que como mujeres, esposas y madres transmitimos a nuestros hijos y reflejamos a la sociedad.
Hoy sumergida en mis recuerdos quiero hacer un pequeño homenaje a una época dulce de mi vida que fue inolvidable y que quiero compartir con todas quienes tuvimos el privilegio de coincidir y vivir esta hermosa etapa de nuestra vida. Profesores, compañeras, directivos y colaboradores, todas aquellas personas que de alguna manera contribuyeron para que todo esto fuera posible.
Surgen recuerdos fugaces, que dejan escapar en mi, una suave sonrisa…
Momentos de camaradería, de complicidad, de encontrar siempre a alguien con quien hacer la pilatuna!… fuimos exquisitamente indisciplinadas.
De esconder las cosas… de atar cordones… de escapar de clase… de volarnos del colegio…
De llevar el uniforme un tris más alto de lo permitido…
De andar desguarambiladas, con la jardinera a medio poner…
De estirarse bajo un árbol a tomar el sol, con la falda enrollada hasta el ombligo y descubrir que afuera entre las ramas hay un hombre que no se quiere perder tanta pierna bonita!…
De esperar con ansia el toque de la campana, para salir despepada y alcanzar el primer puesto en la diminuta ventanilla de la cafetería…
De hacer vaca para comprar lo que sea!… Como olvidar las milhojas, los pasteles gloria, las empanadas o los paquetes, que comprábamos y que compartíamos en el recreo…
De acabar con la existencia de las cocadas más deliciosas que nunca más volví a disfrutar, y que vendía una de las nuestras!.
De imitar la firma de nuestros Padres en las circulares para informarles de la reunión de padres de familia y entrega de notas.
De buscar la forma para evadir esa detestable izada de bandera, interminable, bajo el sol….y cuando llegaba la hora de quienes hacían honores a ella, era horroroso oír el nombre de mil alumnas, que ni siquiera conocíamos… y que nunca jamás era el nuestro !….
De Improvisar un cólico, para evitar una toma de lección y quedarse en enfermería.
De olvidar el paz y salvo para que el bus no te llevara al colegio y perder las primeras horas de clase.
O de retrasarse, perder el bus del colegio y tener que tomar la flota Chia, Cajica, para cumplir con nuestro deber.
Y de llegar al colegio y siempre encontrarse con el inconfundible Renault blanco de Lucy estacionado siempre al lado de nuestro salón de clase.
Como olvidar … Esas clases interminables, cuando no llevábamos hecha la tarea y al azar el profe la pedía y la calificaba! Oh no!… Por Dios! Que no vea mi nombre! …Hazme invisible, por favor!…
De estudiar esas odiosas fórmulas químicas, o la tabla periódica, que tanta guerra nos dieron, … o de practicar esos ejercicios de cálculo que eran interminables!. La física y la trigonometría a veces era divertida!…
De quedar heladas al oír … saquen una hoja por favor!… después de haber echado globos toda la clase!.
Las pasadas al tablero!… las revisadas del cuaderno, las exposiciones, la elaboración de las carteleras, que nos obligaba a reunirnos y pasarlo genial…
Como no recordar, llegar a primera hora en la mañana a copiar las tareas no hechas, por la infinidad de ocupaciones que nos impedían hacerlas, como las novelas, hablar por teléfono, salir al vecindario donde nunca faltaron las amigas…
Como no mencionar a Amin, mi querido palito, mi bastón, que se convirtió en compañía de todas, pasaba de mano en mano durante todo el día, mi guardián y fiel amigo, quien me apoyo y mi soporto para caminar por la ciudad…
Salir corriendo a la última hora y lograr un puesto en el bus, (ojalá la ventana!), después de un largo día!… y coincidir en la autopista con los buses del Claretiano, del San Viator o, del San Carlos, era divertido!… los ojos nos bailaban …
En nuestro colegio crecimos, transcurrió la vida, maduramos, pasamos de niñas a mujeres, con alegrías, con tristezas, con amores y desamores, con todos esos matices que nos proporcionaba la vida y debíamos enfrentar.
Donde las hormonas, despertaban y empezaban a hacer pilatunas, era inevitable sentir mariposas, caer en una explosión de emociones y sensaciones nuevas, imposibles de ocultar y cómo no hablar de ellas… de descubrir, de compartir y de volverlo temas de conversación interminable, … era como un festival!…
Nuestro primer novio, nuestro primer beso, nuestra primera serenata,
Nuestro primer amor!…
La música nos hacía soñar, … crecimos escuchando a Julio Iglesias, Roberto Carlos, Camilo Sesto, Mocedades, entre otros,… y más tarde John Travolta nos revolucionó la vida con Staying alive, Saturday night fever… quien nos obligó a aprender sus pasos y practicarlos en nuestros sábados por la noche!. Recuerdo estar en casas de compañeras con una grabadora … y dejar el cassette casi velado de tanto repetirlo una y otra vez, tratando de aprender cada paso de la inolvidable película!… y después la tragedia de lograr permiso para poder ir a la fiesta del barrio, entre amigos, vecinos y conocidos.
Descubrir el vino Moscatel, los cigarrillos y reunir dinero para comprarlos y emprender la aventura de ser mayores, para poder hacerlo!.
Llegar a la casa de nuestras amigas, compartir almuerzo, porque siempre había para todas, … y hacer de todo menos estudiar!…
Y asi, … la vida escolar, se nos fue, …entre risas, llanto, ilusiones, sueños, amores, alegrías, tristezas, entusiasmo, toda una mezcla de sentimientos, que nos maduraron y nos fortalecieron para enfrentar la siguiente etapa de nuestra vida, que debíamos superar, la universidad!.
Salimos de nuestro colegio y todas nos dispersamos, en busca de nuevos horizontes, hubo quienes estudiamos, nos casamos, fuimos madres, otras, trabajaron, se especializaron. Hubo quienes por diferentes razones dejamos Bogotá y nos organizamos en otros lugares, lo cual contribuyó a alejarnos aún más y a perder totalmente el contacto con quienes compartimos nuestra vida escolar, Todas nos dedicamos a diferentes actividades y nos perdimos, nos dedicamos a vivir nuestra vida y a crecer como personas. Sin embargo, hubo por lo menos una amiga, con la que nunca perdimos el contacto, y fue por esa razón, por la Amistad Eterna, que nos volvimos a reencontrar.
Después de muchos años … hubo de donde halar la cuerda, recuperamos algunos contactos y gracias a las redes sociales, se hizo una gran labor y logramos restablecer la comunicación entre nosotras… y se logró lo que para mi es un misterio, algo que definí con una palabra …. Magia!… que a pesar, de nuestra ausencia, fue como si la vida se hubiera congelado, se hubiera detenido en un instante y nos hubiera dado nuevamente la oportunidad de seguir!… de continuar, de retomar, de disfrutar, de recuperar el tiempo perdido, de sentir y vivir nuevamente esas mismas emociones y sentimientos de afecto, que despierta cada una de ustedes, y concluir definitivamente… que nuestra vida escolar no pudo ser mejor!… que nuestros recuerdos dan testimonio de todo esto y hablan por sí solos!.
Nuestros reencuentros son mágicos, liberadores, donde yo encuentro la amistad fresca, viva, donde conectamos rápidamente y compartimos, donde volvemos a ser nosotras mismas, aquellas colegialas alegres, indisciplinadas, espontáneas y libres que siempre fuimos!…
Gracias a todas ustedes mis queridas amigas, por ser mi inspiración y poder evocar, momentos únicos, que sin ustedes sería imposible recordar,
Agradezco a Martha Eslava, a Luisa Ospina, a Liliana Ricaute y a mi amiga del alma, mi Mendez por pedirme que escribiera algo a propósito de nuestro aniversario de egresadas Marianitas y que me permitieron evocar todos estos lindos recuerdos que hoy comparto con ustedes con mucho cariño.
Maritza Peñas Sosa 👩🏻🎓👩🏻🎓
Algunos recuerdos y la celebración…..




No camines delante de mi, puede que no te siga. No camines detrás de mi, puede que no sea un guía. Solo camina a mi lado y se mi amigo.